OJOS MOROS


Siguió el camino
Y se encontró con sus ojos
Sus ojos moros
que estaban en todo
en las paredes
en el olvido
en la espera como futuro
Sus ojos que no eran de mar
eran de infierno

Desterrada de su paisaje
no distingue más que su imagen
grabada en otros territorios
que intenta aprehender
para acordarse de su olvido

Su olor se le asoma a la memoria
como afrodisíaco posible
en la aproximación
de cuerpos extraños
con los cuales saciar
el deseo acumulado

Y escucha sus delicados sabores
a tierra y lujuria
brotándola
de letanías paganas
Adoración mortal
a sus esplendores nocturnos

Sabor a concierto de piano
notas eróticas que bebía con ansias
recuerdos de sus colores de invierno
y de sus bajos tonos primaverales
calor que se asomara
entre sus muslos
cuando exhausta
de sus melodías
se entregaba al descanso del estío

Exilio tántalico
del cual no podrán regresar
porque han quemado las naves
han interpuesto mares oceánicos
No alcanzaría la vida
para fundar
otra existencia
porque VIDA y AMOR
no tienen sinónimos

Él que era patria
se ha convertido en exilio
Él que era puerto
se ha convertido en tormenta
Él que era cielo
se ha convertido en averno
Él que era amor
no deja de ser amor
¿Qué más podría hacer
que devolver sus palabras
brotando de su pluma?

Él la escribe y reinscribe
Lejanamente, impertérrito
como Dios ante su obra
dejada tirada
después
de siete días se creación
Maldito Dios
maldito él

Cuenta los días
de menstruación
a menstruación
Como antes los contó
esperando a la hija suya
No la fertilizo
ya no habrá
más hijas

Su paisaje
con sus ojos moros
sigue siendo exótico
Aroma de piel morena
manos bellas
de vientos del sur
Mientras, el suyo
mestizo sin raíces
se deprime día a día

Ya no es, ya no será
Él fue el todo de la nada
hoy es la nada del todo



PECOSINA
FEBRERO DEL 2007
CECILIA SALAZAR DÍAZ.

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